La llegada de los
calores estivales junto con la compra de una pequeña heladera son dos
razones más
que suficientes para introducirse en este mundo tan particular de los helados
caseros.
Tras varias lecturas e investigaciones por la web, aprendí
que para obtener helados cremosos y evitar la odiosa cristalización, que puede
arruinarte un buen helado, es recomendable utilizar ingredientes que ayuden a
reducir la temperatura de congelación. Es por ello que muchas recetas de
helados utilizan como ingredientes azúcar invertido, miel o dextrosa. También la grasa contribuye a
reducir la temperatura de congelación y es por ello que no resulta extraño
utilizar nata líquida con un 35.1% de materia grasa o quesos cremosos grasos en
la elaboración de un rico helado. ¡Y no nos olvidemos del alcohol! porque añadir
un toque de licor a nuestra mezcla no sólo nos aporta sabor, además ayuda a que
no aparezcan las indeseadas cristalizaciones.
Y si te compras una heladera no seas cutre y gástate el
dinerito, ¡no te vayas a la más barata!. Te lo digo por experiencia, yo me
compré una ganga y en la mayoría de mis intentos no conseguí terminar de
mantecar el helado correctamente. Y sin
embargo con la que me ha regalado mi suegra, que es mucho mejor que la que yo
me compré, he obtenido resultados más que satisfactorios desde el primer
momento.
La receta que hoy os presento es una variación de un helado
de dulce de leche que aparece en Las recetas de mamá .
Ingredientes
- 300 ml leche entera
- 300 ml nata (35.1% M.G.)
- 4 yemas de huevos
- 400 g dulce de leche
- 50 g azúcar invertido (se puede sustituir por miel)
Preparación
Batimos las yemas junto con el azúcar o la miel hasta que queden esponjosas. Se le añade un poco de la mezcla de nata y leche caliente para disolver bien. Incorporamos a la mezcla de nata y leche y se remueve continuamente con una espátula.
Sin parar de remover, mantenemos la mezcla al fuego hasta que empiece a tomar cuerpo (tiene que quedar como unas natillas muy líquidas). Es importante asegurarte de que la mezcla no llegue a hervir porque se nos podría cortar.
Se añade el dulce de leche (yo utilizo el dulce de leche de La lechera) y se mezcla hasta que quede totalmente integrado.
Meter el cazo en un baño de agua fría (yo utilizo agua con cubitos de hielo) para conseguir un rápido enfriamiento y una vez frío meter en la nevera durante 24 horas.
Al día siguiente procede a mantecar el helado haciendo uso de la heladera.
Si no dispones de la maquinilla, mételo en el congelador y después de una hora bate el helado. Repite esta operación dos o tres veces más hasta obtener la cremosidad deseada.
Chemadiez
Recomendación:
Podéis
sustituir el azúcar invertido por miel natural y tendréis los mismos resultados
y en el dulce de leche no notaréis ninguna diferencia de sabor. Sin embargo,
para otros sabores de helados menos acentuados, la utilización de la miel puede
ser arriesgada porque tiene un sabor más intenso que el azúcar invertido (con
un sabor más neutro).
Para todos
aquellos que quieran probar a hacer azúcar invertido, aquí va la receta:
Ingredientes
- 150 ml de agua mineral
- 350 gr de azúcar
- Gasificante litines (1 sobre blanco + 1 morado)
Preparación
Poner el
agua, el azúcar y el sobre blanco (ácido tartárico) en un cazo a fuego medio y remover
continuamente hasta que llegue al punto de ebullición (100ºC).
Apartar del
fuego y dejar que enfríe hasta que alcance unos 50º C (tendremos que espera unos
25 minutos)
Mezclar el
sobre morado y batir toda la mezcla. Dejar enfriar y guardar en un tarro de
cristal.
Imprimir artículo
No hay comentarios:
Publicar un comentario